GUSTO POR LA LECTURA
Siempre he defendido mi tesis de que se lee
por gusto y difiero con aquellos que se
atreven a proferir el concepto de "hábito" porque considero que un
hábito es una tendencia mecánica para realizar alguna acción. Por ejemplo, se
habla de un "hábito" para lavarse los dientes, es decir, se lavan los
dientes tres veces al día de manera mecánica después de haber ingerido
alimentos o simplemente cuando nos levantamos, comemos y antes de acostarnos,
lo que convierte a esta acción en un
ciclo repetitivo que pierde su razón de ser. O el "hábito" de lavarse
las manos; cuando nos lavamos las manos
lo hacemos de manera mecánica sin pensar objetivamente en su
funcionalidad, sabemos que las manos las debemos lavar o antes de comer o
después de ir al baño. Pero no aplica
cuando ingerimos comida en un puesto ambulante y pedimos una torta o unos
antojitos y vemos cómo la persona que
atiende no se lava las manos después de haber recibido dinero que lleva
impregnados en su textura unos cuantos microbios que pueden causarnos daño. Y
vuelve a despachar y vuelve a recibir dinero, tres, cuatro veces antes de que
nos atienda; hasta que dejamos nuestras monedas para pasarle los microbios a otro.
Estoy seguro que quien despacha quizá, tenga el "hábito" de lavarse
las manos después de terminar su jornada de trabajo. Comemos por gusto y el
"hábito" de lavarse las manos pasa a segundo término porque
en ese momento no estamos conscientes de su verdadera finalidad.
En cambio el gusto por hacer algo
trasciende más allá del simple hacer pues representa una manifestación más libre y condicionante de
la naturaleza humana. Por ejemplo, nos compramos una camisa porque nos gusta la
tela, el diseño, la comodidad o la marca y no lo hacemos como un
"hábito" de vestir; o, quizá, tomamos un café en compañía de un amig@
porque nos gusta disfrutar de ese momento especial y único; lo mismo sucede si
tomamos una cerveza o un buen vino, cuando comemos una rebanada de pastel o
cuando compramos un cd de nuestra música favorita. Lo hacemos porque nos gusta
y no por "hábitos" de consumir o comprar. Punto. Así que la lectura debe realizarse por
y con gusto. El día que descubramos esto y nos apropiemos de este concepto
tendremos una visión diferente de la lectura. Y entonces leeremos por gusto y
no por "hábito". Como quien toma un café.